En la madrugada dieron los resultados de las elecciones en Estados Unidos. Me parece que triunfó, otra vez, la parte oscura del hombre, el mal, digamos así, el manejo político del miedo. En el mundo hay un avance, en los últimos años, del pensamiento abierto, globalizado, de aceptar a lo diferente. Pero al mismo tiempo avanza el pensamiento contrario, el de las zonas más oscuras del hombre: fanatismo religioso, terrorismo, xenofobia, homofobia, aislamiento, incertidumbre. Son las armas que usó con habilidad Trump.
Esta experiencia nos muestra un USA bárbaro y oscuro, donde hay deseo de guerra, odio oculto, y una urgente necesidad de validación social. Esa gente (y no sólo son blancos incultos, como se dijo en la campaña) siente que su país ya no es el número uno y que con su trabajo soportan el peso del mundo. Quieren de golpe ser el mandamás del planeta, eliminar sutilezas diplomáticas. Cuando Trump dijo que México no querría una guerra con USA (si se niega a pagar el muro) exhibió este modo de pensar.
Creo que ahora le bajará de tono, pues no es lo mismo estar mirando hacia arriba que mirar hacia abajo. La perspectiva cambiará, pero tiene que cumplir con algo a sus votantes y el eslabón más débil de la cadena en México. El muro, estoy seguro, es lo de menos. El tratado de comercio y las relaciones bilaterales serán las más afectadas. Ojalá me equivoque, pero empezarán a echar a la frontera algunos millones de latinos. Juego que, por cierto, Obama jugó muy bien al hablar de amistad mientras deportaba a 2,8 millones de personas. Lo cual explica por qué tantos latinos que votaron por él, ahora votaron por Trump. Además, muchos latinos que radican legalmente no quieren competencia laboral. El interés privado priva sobre el interés público. Mentalidad muy propia de la civilización capitalista agresiva que vivimos.
Esta experiencia nos muestra un USA bárbaro y oscuro, donde hay deseo de guerra, odio oculto, y una urgente necesidad de validación social. Esa gente (y no sólo son blancos incultos, como se dijo en la campaña) siente que su país ya no es el número uno y que con su trabajo soportan el peso del mundo. Quieren de golpe ser el mandamás del planeta, eliminar sutilezas diplomáticas. Cuando Trump dijo que México no querría una guerra con USA (si se niega a pagar el muro) exhibió este modo de pensar.
Creo que ahora le bajará de tono, pues no es lo mismo estar mirando hacia arriba que mirar hacia abajo. La perspectiva cambiará, pero tiene que cumplir con algo a sus votantes y el eslabón más débil de la cadena en México. El muro, estoy seguro, es lo de menos. El tratado de comercio y las relaciones bilaterales serán las más afectadas. Ojalá me equivoque, pero empezarán a echar a la frontera algunos millones de latinos. Juego que, por cierto, Obama jugó muy bien al hablar de amistad mientras deportaba a 2,8 millones de personas. Lo cual explica por qué tantos latinos que votaron por él, ahora votaron por Trump. Además, muchos latinos que radican legalmente no quieren competencia laboral. El interés privado priva sobre el interés público. Mentalidad muy propia de la civilización capitalista agresiva que vivimos.
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